lunes, julio 20

Nostalgias...

¿Porqué a veces las cosas pasan tan rápido que apenas puedes alcanzarlas? En realidad no voy a alegar demencia; he hecho muchas cosas y reconozco mi propia incapacidad para lograr que mi vida transcurriera de la forma en que se estaba desarrollando.


No diré que estoy mal, al contrario, los acontecimientos dan tiempo de pensar, de reflexionar y hasta de conocerme más a fondo; aún así es difícil enfrentar el sabor a vencido que no me puedo quitar de la boca. Estas cosas pasan, yo lo sé y algún día lo comprenderé aun mejor. Aún así, aunque lo intento, no puedo dejar de pensar en lo que pude hacer y no hice.


¿Cómo hace uno para terminar valseando solo, saboreándose sus recuerdos sabiendo que nada vuelve? No lo sé, y no estoy tan segura de que saberlo me puede servir de algo. Algunas veces solo se puede soñar e intentarlo, para al final saborearse los sueños que nunca serán con ese pinche gusto que solo tiene la nostalgia de extrañar lo que nunca pasó ni pasará.


No se trata de resistirse al paso del tiempo, mucho menos a los deseos de ese alguien más que se merece ser feliz y respirar. No se trata de imponerme y obtener lo que sea que se me antoje, sin importar a quien lastime. Se trata simplemente de la tristeza que ahora siento y puede ser que se me pase por la mañana, aunque se que en el fondo me invade en muchos rinconcitos que me cuesta limpiar.


Padezco mi tristeza, mi nostalgia, mi desencanto que no tienen solución alguna más que tristear; tristear sola, llorar y esperar a que todo pase, a que esta amalgama en mi corazón se calme, pues tal vez mañana amanezca mucho mejor y pueda tratar de ser feliz en estas mis circunstancias y dejar de pensar en todo lo perdido.