lunes, diciembre 28

Epitafio...

5:28 de la mañana. Tengo algo parecido a una gripe asesina que no me deja dormir y daría mi reino completo por poderme fumar un cigarro. A esta hora en que se me termina la hora feliz de caricaturas en Nickelodeon que, además de divertirme espantosamente, me recuerdan que estoy envejeciendo; los Rugrats no me gustan lo suficiente para desconectarme y hacerme pasar de largo con que este año se termina ya. Otro.

Tengo el presentimiento de que este año será un parte aguas en mi vida porque desde ahorita que aún no se le da la gana terminarse, mi vida ya está hecha un desmadre (en estos momentos escucho la voz de mi papá, que aunque duerme en el otro cuarto, bien podría decirme “que bonito vocabulario” como cada vez que no me queda en la boca más que malas palabras).

Cosas vienen, cosas se van y yo sigo aquí parada aunque en realidad nunca me había sentido tan perdida. Es como buscar una dirección; la tienes apuntada y todos te dicen hacia donde es, igual no tienes idea de donde estas y aunque llegues al sitio sin muchos contratiempos no hay quien te quite la sensación de estar perdido durante un buen rato.

La soledad me sienta… rara. No puedo decir bien, no puedo decir mal. A veces me da para respirar y andar, para tener esperanza y echarme porras yo solita de que esto no hará más que dar para arriba, otras… sólo no me he movido de donde empecé aunque ahora ya difícilmente siento lo anterior como real; he abusado tanto de mis recuerdos que empiezan a tomar ese cariz plástico poco creíble que tiene la publicidad cuando se la mira de cerca.

Quise contarme muchas cosas, hasta que todo era mentira. Que la mitad de lo que me había dicho eran parte de mi emoción torpe y desmedida pero sigo encontrándome de frente con eso que me dice que puedo querer engañar al mundo completo, igual sigo sin quedar bien conmigo misma.

Y ¿entonces que hago? Como dice aquel, la ilusión se me fugo sin avisar y ahora no sé que puedo hacer para recuperarla. Si es que algún día la recupero; ser apasionado tiene un problema, está censurado. La gente pensadora y razonable no hace esas cosas, mucho menos se ahorca sola en sus delirios histéricos…y cuanto tiempo me conté hipócritamente que yo era una persona pensadora y razonable.

Oficialmente se los digo; tráguense todos sus papeles y sus roles. No tengo idea de quien soy ni a que juego y probablemente ni lo sepa en un rato. Si alguien tiene un problema con eso, será su problema, yo no quiero hacer más que encontrarme y por mi todo lo demás se puede ir a la chingada… igual ya se fue y se va cada vez que se me ocurre pensar que así está bien.

¿Cómo es posible que algo tan simple te haga perder el norte? No tengo la menor idea y si ustedes sí díganlo y les doy un premio. Yo ya no sé ni a donde andar, busco algo que no se me desmorone en las manos y cada vez me quedo con menos opciones. Ni siquiera sé si voy bien o mal y quién puede saberlo si en el fondo aún está dispuesta a muchas cosas que ya no sirven de nada porque ya nadie las quiere; me siento como un vaso al revés… lo que hay es lo que ves y aquí ya no hay nada.

¿Qué mal? ¿Qué bien? Eso tampoco lo sé, no se siente como mal, no se siente como bien. Tenía razón Facebook; soy como Alicia, perdida en un mundo que quien sabe como funciona y al que quise modificarle las reglas para que me beneficiaran un poco… no funcionó y ahora no sé hacia donde navego. Lástima que el tiempo no me deje regresar por la puerta donde entré.

¿Motivantes? Sí, no tengo nada que perder… ya no. Presiento que lo que viene será un poco más permisivo conmigo que lo que se ha ido. Hay aún mucho que hacer, muchísimo y aunque en verdad estoy cansada, sigo andando y no me rindo… ya no me puedo rendir, entre todo lo que he perdido va incluido hasta ese derecho.

¿Qué queda? Silvio no lo pudo decir mejor; buscarme de amante la respiración, no mirar ciertas cosas ni andar otras, evitar ciertos lugares y dejar que el tiempo pase, aunque daría todo por volver ahí.

En fin, feliz año a todos los que lean esto y espero que si este año les jugó una mala broma el próximo los trate mejor. Que la felicidad los atropelle, es un placer escribirles y muchas gracias, sobretodo, por leer.


miércoles, octubre 7

Avant garde

Qué soberana e infinita hueva me da la gente que se precia de ser el primero que conoció no se cual banda/película/lo que sea y que él le trajo la luz a todos. O el que pelea con su vida la ropa que trae (producida en serie) y le molesta que alguien más use lo mismo porque “copian su estilo”, o no le gusta ya tal banda porque los conoció cuando ”no eran nadie” y ahora que ya es muy conocida le parecen “comerciales”.

Será cuestión de perspectivas, pero creo que el encanto de encontrar algo nuevo es precisamente compartirlo; platicarle a quien se deje acerca de ello y que cada vez más personas lo conozcan, así atascamos donde se presente, lo compramos y apoyamos ese proyecto nuevo a que se haga más grande.

Sin embargo, ahí está el afán de algunos de ser “originales” y estar a la “vanguardia”. Sobra decir que es una soberana pendejada porque todos aprendemos de todos. Yo conozco muchas de las bandas, películas, libros y hasta series de televisión que me gustan gracias a que alguien me las recomendó y eso es algo que sigo agradeciendo.

Es curioso que nos quejemos de que aquí no se puede vivir haciendo lo que nos gusta y creo que esta actitud bastante lenta frente a las cosas es en parte culpable; cómo queremos que sean más los que se avienten a hacer cosas nuevas si preferimos ser de la “elite” de tres monitos que lo conocen y pararnos el cuello con eso mientras que quien lo creo termina abandonando porque no le da para pagar cuentas.

Puede ser hasta cierta envidia y falta de conciencia. Sería mucho más interesante ver que las cosas se publicitan solas de boca en boca hasta que alguien los note y pague porque se sigan haciendo, muchos proyectos crecerían mucho y así tendríamos no solo oferta mucho más amplia, sino también mucha más gente viviendo de lo que le gusta.

Por eso yo sigo diciéndole a todo mundo cuando algo me gusta además de sacarle jugo al Internet por ese lado, hay tantas cosas tan chidas y que me daría muchísimo gusto que en cierto momento, cuanto se vuelvan algo “comercial” saber no que yo lo conocí primero, sino que de alguna forma apoyé ese proyecto haciendo que muchos más lo conocieran.

De eso se trata este aparetejo, de socializar la información, de hacer que todos podamos acceder a lo que queramos y no tengamos que pertenecer a ninguna secta ni logia mágica para tenerlo en nuestras manos.

lunes, septiembre 28

Siguiendo tendencia...

Una vez más siguiendo los pasos de mi querida Fanciulla y su twitterpost; si yo tuviera twitter pondría lo siguiente:

-Acabo de recibir mi primera acreditación de prensa, que aunque sea servicio social, no deja de emocionarme. yey!

jueves, septiembre 24

So fucked up...

Usualmente uno da consejos sin usarlos nosotros y entre todas las cosas que yo suelo graznar, aunque creo que soy la primera en ignorarlo, es pensar positivo o al menos que las cosas están no tan jodidas.


Sin embargo, a últimas fechas me han fallado feamente las ganas de andar echándole porras a todos los deprimidos, porque si no deprimida, estoy a nada de formar parte de las filas de los pesimistas.


Y es que… ¿Cómo no podría? Me levanto temprano, asquerosamente temprano como casi todas las mañanas y mientras escucho las noticias no hago más que enterarme que el tinche país se está cayendo en pedazos; si no es la influenza asesina mutante que ya viene a joder de nuevo (como se ya se esperaba, aunque, como también ya se esperaba, ¿planeación? No gracias) es que amanecen muertos en cada esquina, que la crisis cada día se pone más perra y que esto, como siempre, no tiene para cuando.


No se necesita andar preocupado por más que uno mismo para que se te joda el día; no tengo trabajo, y a como va esto ni tendré, aunque puede que no lo necesite porque si me secuestran antes pues ya para qué, o me puedo morir de influenza, hay de donde escoger.


Termino de guardar todo lo del día y salgo a la calle para darme cuenta que la ciudad, que tiene unas vías de comunicación pensadas con las patas y para el crecimiento demográfico de los años 60 sin contar que cada espacio vacío lo han atiborrado de casas donde vive gente que, por supuesto, va todos los días en coche hasta a la tienda y no siendo suficiente este desmadre, como todos los años se hace presente la época de lluvias.


Resultado: un tráfico bastardo, sumado a unas calles convertidas en verdaderas piltrafas donde la relatividad encuentra uno de sus mejores ejemplos: recorrer un trayecto que usualmente amerita 20 minutos en chingadas 2 horas.


Y todavía no llegamos al metro, que aunque es una bendición recorrer la cuidad en tan poco tiempo y por tan poco además de alimentarse de energía no contaminante, bienvenidos al país donde los políticos pendejos prefieren construir otra línea para pararse el cuello y celebrar algo tan pinche falso, como el bicentenario de la independencia, que ni siquiera fue en esa fecha, que atender a las demás que se caen en pedazos.


Y con cosas como estas me puedo seguir tendida, cosas que vivo todas las mañanas y que en verdad a cualquiera le crispan los nervios y hacen que mis juramentos de jamás dejar mi país me pongan a pensar a dónde podría estar menos jodido.


Quiero mucho a mi país y a mi ciudad, pero hay veces en que en verdad no puedo evitar pensar que todo se está yendo al carajo y que esa práctica de las ratas de huir del barco cuando se hunde, no es tan reprobable. Solo a veces.

martes, agosto 4

Cualquier pendejo adicto a las drogas...

Uno de los poderes mágicos que sin duda tiene el ocio en mi vida es que me vuelve observadora y es precisamente por eso que he notado algo que me ha puesto a pensar seriamente en los últimos días; lo mamonamente intolerantes que podemos llegar a ser con todo aquello que simplemente no está dentro de nuestras consideraciones.

Lo sé, no es ninguna novedad, pero aún así es más que notable. Sobretodo, porque más de uno de nosotros (sí, esos pinches mamones insoportables que en algún momento de la vida nos creemos la medida de todas las cosas) nos preciamos de ser personas “abiertas, cultas y educadas”.

Seguro, tan educadas que lo rechazamos diciendo cualquier estupidez que, usualmente, dista mucho de ser un argumento; tan cultos que no tenemos la menor idea de lo que tenemos enfrente (que suele ser la razón por la que lo despreciamos) y tan abiertos que creemos que ese mismo desprecio nos hace más inteligentes o superiores que quien si gusta de ello; y sobretodo, tan imbéciles que no podemos simplemente respetar una diferencia.

Ejemplos de esto nos sobran todos los días, sin embargo lo que me puso la neurona a maquilar este post fue que hace unos minutos, mientras buscaba un video de Liber Teran en youtube (notaran que gusto bastante de su música) y me encontré con esta preciosura de comentario: (cito tal cual)

Que Basura, ya cualquier pendejo adicto a las drogas dice puras pendejadas y ya suponemos hace múica y canta... que asco

Mmm… ok. Un “pendejo adicto a las drogas” que estudió en la Escuela Nacional de Música, que ha recorrido el mundo por su música; que da clases, entre ellas Canto, en una de las escuelas de música reconocidas y de las más caras en México (G Martell) y que de hecho hace música y canta desde los 15 años… y argumentos me sobran para darme cuenta que el pendejo fue en realidad el que escribió eso, sin embargo lo que llamó mi atención fue precisamente mi indignación.

Si hubiese leído algo así en un video de Nigga o Shakira me hubiese dado lo mismo o hasta le habría dado la razón al papanatas que lo escribió, sin embargo, por mucho que de hecho no me guste y hasta odie su música la verdad es que no tengo la menor idea de donde salieron o que han hecho para llegar ahí.

Es bastante fácil descalificar y hablar basura de todo eso que no me gusta, cuando simplemente se puede decir que no te gusta y ya. Tampoco podemos mantenernos pasivos frente a todo, hay cosas que simplemente nos crispan los nervios pero pues qué derecho tenemos joder a quienes si gustan de eso, sea lo que sea.

No se trata de no criticarlo, sino que por muy bueno que sea el argumento tampoco es la verdad absoluta y pues también que la determinante sería dónde o con quién y el problema de algunos criticones (como yo comprenderé) es que hablamos sin pensar a quienes insultamos. Ahora me tocó hacer el berrinche a mí, pero cuántas veces no habré ofendido a quien no gusta o piensa de la misma manera que yo y pues el asunto no va por ahí, respeto a las diferencias le llaman.

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Ahí como bonus les dejo otra canción de Liber Terán, para que lo consideren, al menos a mi me gusta mucho.


lunes, julio 20

Nostalgias...

¿Porqué a veces las cosas pasan tan rápido que apenas puedes alcanzarlas? En realidad no voy a alegar demencia; he hecho muchas cosas y reconozco mi propia incapacidad para lograr que mi vida transcurriera de la forma en que se estaba desarrollando.


No diré que estoy mal, al contrario, los acontecimientos dan tiempo de pensar, de reflexionar y hasta de conocerme más a fondo; aún así es difícil enfrentar el sabor a vencido que no me puedo quitar de la boca. Estas cosas pasan, yo lo sé y algún día lo comprenderé aun mejor. Aún así, aunque lo intento, no puedo dejar de pensar en lo que pude hacer y no hice.


¿Cómo hace uno para terminar valseando solo, saboreándose sus recuerdos sabiendo que nada vuelve? No lo sé, y no estoy tan segura de que saberlo me puede servir de algo. Algunas veces solo se puede soñar e intentarlo, para al final saborearse los sueños que nunca serán con ese pinche gusto que solo tiene la nostalgia de extrañar lo que nunca pasó ni pasará.


No se trata de resistirse al paso del tiempo, mucho menos a los deseos de ese alguien más que se merece ser feliz y respirar. No se trata de imponerme y obtener lo que sea que se me antoje, sin importar a quien lastime. Se trata simplemente de la tristeza que ahora siento y puede ser que se me pase por la mañana, aunque se que en el fondo me invade en muchos rinconcitos que me cuesta limpiar.


Padezco mi tristeza, mi nostalgia, mi desencanto que no tienen solución alguna más que tristear; tristear sola, llorar y esperar a que todo pase, a que esta amalgama en mi corazón se calme, pues tal vez mañana amanezca mucho mejor y pueda tratar de ser feliz en estas mis circunstancias y dejar de pensar en todo lo perdido.

viernes, junio 5

Relax ...

La verdad es que no me dejarán mentir, pero entre los múltiples problemas que se generar en mi vida a raíz de mi colección de manías y malos hábitos creo que además de lo impuntual, tengo otro gran conflicto: no tengo ni madres de paciencia.

Quiero que todo se resuelva en cinco minutos… o menos. No me gusta esperar para nada, si hay cola mejor lo hago otro día o no lo hago, soy malísima con los niños y los acertijos simplemente me exasperan porque soy muy lenta para llegar a la respuesta.

Sin embargo, he podido esperar gente horas, cuidar niños, darle vueltas a lo mismo durante semanas, resolver acertijos, armar rompecabezas y leer cosas aburridas e interminables.

Tengo la firme hipótesis de que la vida te mete tus escarmientos precisamente de la pata que cojeas, de la misma forma que me he metido en desmadre y medio por llegar tarde, algunas de las cosas más relevantes de mi vida tienen algo que ver con esperar.

En el más común de los casos eso me tendría vuelta una bestia, azotando las cosas y gruñéndole a la gente como si sirviera de algo… pero no, solo no. Algo de lo que he aprendido, no sin muchos desmadres, es que todo, en verdad todo depende como lo tomes y aunque sigo siendo en el fondo una bestia parda, a veces me alcanza la poquita lucidez para tomar decisiones menos disparatadas.

Así que aquí ando, esperando y pensando mucho, aunque sigo pensando alguien quiere que se me quite lo impaciente … y lo está haciendo a la mala.

domingo, marzo 29

Let's Pretend!!

Tener una vida por demás cotidiana y aparentemente plana es de las cosas más engañosas que le pueden suceder a cualquiera. Derepente te vez inmerso en tu rutina (que, quede asentado en el acta, no tiene porqué ser algo malo) que no puedes creer que ciertas cosas simplemente lleguen a despedazar todo de un solo jalón.

Estos dos meses han sido de los dos meses más extraños, intranquilos, preocupantes y desgastantes de mi vida. De un momento a otro todo mi entorno se volvió muy complejo, a veces pienso, más de lo que yo misma puedo alcanzar, porque no fue hasta semanas después de que mi papá se accidentara, que me llegó cual cubetada de agua helada todo lo que había pasado.

En fin, la sacudida completa me puso a pensar en muchas cosas de las cuales pienso escribir por acá, cosa de tener un poco de paciencia. Me da mucho gusto andar de nuevo por acá y pss bueno, me dejo ir con la primera.
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Let’s pretend!!

Pasar por situaciones adversas es de la clase de cosas por las cuales daríamos un riñón por no tener que vivir, sin embargo no hay forma de escabullirnos de ellas y suelen ser todo un proceso para sobrevivirlas, eso lo sabemos, sin embargo que exasperante se vuelve cuando además de eso tienes que actuar según los demás creen es “razonable”.

Tener que reponerte del madrazo, además hacerlo de la forma que los demás esperan que hagas es simplemente insostenible y siempre deriva con un agarrón en tu casa, no más. Definitivamente no puedes quedarte simplemente viendo a ver en que momento se pone peor, pero tampoco tener reacciones tal cual los demás esperan, o peor, tener que hacer drama en voz alta para que se den una peregrina idea de lo que está pasando porque un poco de tranquilidad se traduce a lo peor: NO TE IMPORTA.

De aquí no puede más que deducirse algo; entonces no se trata de lo que sientes o como lo manejas, sino como ELLOS creen que debes manejarlas y si no lo haces de esa forma te vuelves un acreedor a reclamos y acusaciones que simplemente terminan por rasparte de los huesos la poca paciencia y sentido común que te quedaba.

Esta es la clase de cosas que con un escupitajo entre los ojos te dicen: Bienvenido a la adultez, que te diviertas. Estoy conciente que con 20 años encima ya no puedo tomarme la vida de la misma forma en que lo hacía (maldita sea!) antes, pero también me doy cuenta de que eso de tener familia se vuelve aún más complicado conforme tengo que hacer las veces de saber a ciencia cierta lo que hago.

Simplemente, porque no terminan de entender que todo ese laaargo y aburrido discurso que sacrificarse por los demás y poner cara de magdalena en pleno para que los demás noten que estas pasándola mal simplemente a mi no me vienen, o al menos no en todos los casos.

Agradezco las cosas buenas que les aprendí, pero también agradezco no haber absorbido cosas tan rancias y poder hablar de forma clara con quienes aprecio de lo que quiero, necesito y puedo hacer sin jugar a este hacer hipócrita que solo tiene la finalidad de quedar bien frente a otros, sin reconocer que en el fondo y en última instancia solo los afectados deberían tener incidencia, con, por y a pesar de los demás.

Pero bueno, una de las tantas cosas que me encajaron en la mitad de la conciencia y lucho por arrancarme.

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Prometo pornerles más guapo el blog y compartir un poco de los links simpáticos qur tengo o me llegan, tengan paciencia.

martes, enero 27

Diez cosas que tampoco nadie se preguntó de mi

Siguiéndole el post a Fanciulla, me puse a pensar en las 10 cosas que nadie pregunta y probablemente ni debería el mundo saber de mi, así que aquí van para que también ustedes me agarren cariñito.


1- Me jode que me pellizquen los cachetes. Tengo la cara redonda y los cachetes enormes desque que puedo recordar, eso invitaba a la humanidad a pellizcarme haciendo que hasta hoy lo deteste y me defienda hasta a manazos si es preciso.


2- Me da miedo ir al dentista. Otro trauma de infancia; siempre he tenido caries, por lo tanto las visitas al dentista siempre son dolorosas. Ahora que yo administro mis propias hipocondrías lo evito a toda costa.


3- Tengo un hueso de más en un pie. Lo que comenzó como algo que se me veía raro en el pie izquierdo resultó ser un hueso extra más pequeño que una canica que no estorba pero tampoco tiene función alguna.


4- Tengo los pies chuecos. Siguiendo con los pies, que al parecer son mi cruz, tengo el pie plano y soy torpe para caminar como yo sola, logrando un récord de dos lesiones un tanto graves en el mismo pie en cosa de un año.


5- Ya no tengo color favorito. Luego de pasar mi furor por el azul y el morado… se ha ido un color favorito, aunque tengo una tendencia inconsciente por comprar ropa café.


6- No recuerdo mi color de cabello original. Es en serio… dice mi mamá que era castaño claro (dejémoslo en castaño no muy obscuro por aquello de la miopía de madre que ama a sus cuervos). Desde mi primer tinte, un negro-morado que duró como una semana, al castaño-magenta actual quien sabe cual era el original pero es un hecho que no es que me crece ahorita.


7- Soy terriblemente mamona con mis cosas. Tomar algo de mis cosas sin avisarme y como plus, no devolverlo o dejar todo regado a su alrededor puede hacer que tire hasta mordidas.


8- Soy asquerosamente cursi. Antes llevaba una doble vida y suspiraba bajito cuando veía algo meloso en el cine o un vestido de novia… ahora que me he desclosetado simplemente vuelvo diabético al mundo.


9- Canto horrible. Pero la parte fea es que apenas me quedo sola aprovecho para hacerlo muy muy fuerte, pobre de quien esté cerca.


10- Me da miedo correr. Esta es reciente y una pinche caminadora maldita tiene la culpa. Ahora no corro ni porque me maten, ¿estúpido? Sí, pero les juro que no lo controlo.



Y bueno… ahí está la listita, debe haber algunas cosas más pero creo que esas son las que ofrecen un poco de novedad.

sábado, enero 24

Pinche tristeza

Es sorprendente que yo escriba tan seguido y de hecho esperaba tener algo más amigable pero la verdad es que me siento mal así que tendremos que hacer una excepción en nuestro post mensual para que me pueda exorcizar de alguna forma.


Como ya dije, estoy bien pinche triste. Una vez más me dormí en mis laureles y ya de antemano se que nomás no puedo hacer eso porque siempre termina en lo mismo: cuando reacciono ya me quedé atrás y no supe que pasó en ese lapso. Y lo feo no es tener que echar a andar otra vez y alcanzar las cosas a donde van, es saber que una vez más cometí la misma pendejada que por lo regular me jode y una vez más no supe ni como.


O más bien apenas me enteré y es precisamente lo que me encabrona y me pone triste. Todos los días hago ciertas cosas que, según yo, son con la mejor de las intenciones y me da mucha angustia que derepente simplemente doy por sentadas muchas cosas que cuando se juntan, descubroque lo que yo hacía no era ni la mitad además de que no lo estaba haciendo tan bien y resultó contraproducente.


Y lo que más odio es darme cuenta tarde y no tener nimadres de paciencia, querer arreglar todo en ese momento aunque mis tics viciosos y exasperantes ya tengan como reloj a mi entorno esperando a ver cuando voy a volver con alguna de mis exquisiteces. Trato de no hacerlo pero aunque esté en la mejor de mis disposiciones cómo explico que esta vez la princesa no se refería a eso.


Suena más emo de lo que en realidad es, puede ser que no esté tan mal y solo me ponga a nadar en mi vaso pero en verdad me angustia esto, me jode estar en este punto y sobretodo me jode más que la ha tenido que pagar quien en verdad menos la debía.

Odio estar bien pinche triste, en verdad lo odio.

ahora si ... vuelvo a comenzar

Pues, otro rato sin escribirles y es que déjenme decirles que las vacaciones me han pasado como uno de los ratos más pasivos y felices en mucho tiempo; me encantaría hacerlos partícipes de mi felicidad pero de antemano el mundo conoce mi cursilería extrema así que estaría por demás decirlo. Además de eso, las vacaciones me regalaron bastantitos kilos de sobra (para no variar, chinga!) y una revelación.


¿La revelación? Después de años (…en realidad como 4 semestres) de vociferarle al mundo que yo iba a estudiar comunicación política aunque no tuviera una peregrina idea de que hacía específicamente un comunicólogo político (si alguien sabe, en verdad agradecería el dato)pero a la hora de la verdad me llegó la luz y ¡zaz! Voy a publicidad.


Fue extraño, sorprendente y revelador pero ahí vamos y quien sabe porqué, tal vez hasta ingenuamente, pero tengo la sensación de que le dí a algo grande. Ojala sea cierto pues creo que jamás había estado tan emocionada de regresar a la escuela y estudiar para publicista. Así que aquí voy de nuevo esperando que me vaya bonito.


Por cierto, espero que tengan (tengamos) buen año y que ahora si salga todo lo que queríamos como queríamos. Salud y que la felicidad los atropelle.