domingo, octubre 19

Fabulas del Rey Chiquito



He pasado demasiado tiempo (ahora que veo la fecha de la entrada anterior me doy cuenta) sin escribir. Podría decir que no he tenido que poner por acá pero, por el contrario, me han pasado una serie simpática de cosas que pensé traerles por acá; desde pequeñeces y mis monstruos del closet sin galletitas hasta una chusma enardecida que quería lincharme. De todo, y ustedes sin saber, pero no se preocupen, creo que iré subiendo esos post de cuando en cuando, aunque sean atrasados.

Es más, para no hacer el cuento largo, empiezo con la más jugosa, o al menos la que más emociones despertó en mí:

Fabulas del Rey Chiquito

Gracias a mi hueva y mi estupidez (gracias al cielo, cada vez menos recurrente) reprobé Géneros Periodísticos I en tercer semestre. Sí, se que por ello me merezco una paliza pero… créanme, bien dicen que aquí todo se paga porque solita llego mi penitencia.

Entré a mi clase de RECURSAMIENTO (en mayúsculas, porque así se amigable se sentía). ¿El grupo? Ni me volteaba a ver ni yo a ellos, yo porque además de sentirme cucaracha por estar ahí, en verdad no tenía el mínimo interés de hablar con nadie, además, tiempo después y gracias al cielo, una de mis compañeras de generación entró conmigo al mismo grupo y las cosas se aligeraron mucho.

El profesor era (es) un papanatas. Un tipejo que se siente la genialidad del periodismo por publicar en UNA revista (que creo solo nosotros y los de las escuelas de periodismo medio leemos), además de “dar clase” soltando conceptos y definiciones al puro estilo: -Un señor dice que esto… Una maestra de esta facultad dice esto otro… Una vez un señor llamado Maratón corrió para dar la noticia de una guerra (esto fue verídico, no quito ni pongo)… una maravilla el tipo.

Todo fue soportable hasta el día en que llegó esa trágica afirmación: El periodismo es objetivo. Al menos a mi, al escuchar esto, hasta me rechinaron los dientes, y lo peor no es que lo crea, sino que lo defiende firmemente. Esto es fácil de entender: imaginen que les tapo los ojos a todos y como YO soy periodista y soy OBJETIVA, pues ¿para qué ven ustedes si yo les cuento toda la VERDAD? Así de lógico suena y es.

La vida fue pasando hasta que se me ocurrió la genialidad de cuestionar al pendejín este ¿Saben que pasó? Pues nada, que se me vino encima diciéndome que no le importaba mi opinión y a todo su grupo de estúpidos alumnos diciendo que no sabía más que el maestro y maravillas de ese tipo. Todos en un tono de lo más agresivo (hubo quien hasta me gritó) y como niños chiquitos, gritando a lo anónimo para que no viera quienes son.

Tengo que decir, que me sentí muy orgullosa de mi misma en ese momento. ¿Por qué?
Porque:
1) sorprendente, pero no le grité a nadie a pesar de que ellos me gritaron a mi.
2) no hice el desmadre personal
3) pese a que toda esa bola de imbéciles intolerantes sacaron las uñas, pude con cada uno de ellos sans problème.

Y no es que yo fuese todopoderosa, simplemente partí de algo simple: yo no defendía mi opinión, sino mi derecho de pensar distinto y expresarla, derecho que a todos en ese momento se les olvidó que existía.

¿Conclusiones? Que no pienso dejar de dar mis opiniones jamás, y sobretodo, lo imbéciles que llegamos a ser cuando por tirria o coraje contra alguien le echamos tierra y no nos damos cuenta que nos estamos hundiendo solos. Ese día fui yo, y los demás no corren peligro porque se dedican a darle la razón al rey chiquito, pero ¿qué va a pasar cuando los quieran linchar por pensar distinto en otra clase, tal vez y hasta en otro lugar? No lo sé pero espero que se acuerden de incidentes como este, porque el punto no es tener razón o probar que la tienes… sino que, hasta para decir pendejadas si gustan, TODOS tenemos derecho a expresarnos aunque a los reyes chiquitos les duela, pero si no somos nosotros mismos los que defendamos ese derecho pues me temo que estamos bastante jodidos.

Podré no estar de acuerdo con tus ideas, pero daría mi vida por tu derecho a expresarlas, decía algún loco por ahí.


Pd.- El apodo del profesor y título de este post me lo fusilé de las "Fábulas del rey chiquito" de Trino, las publican en El reforma o busquen en Google, se darán cuenta del porqué de ese apodo.

5 comentarios:

Rulingstone dijo...

Caray! El periodismo es objetivo, blasfemia! Bueno, yo que estudio periodismo (no en la UNAM, aunque me gustaría) siempre he pensado que este arte/ciencia/técnica es 100% subjetivo, pero bueno, demosle crédito, escribe en una revista jajajajaja. Un saludo, es bueno ver que has vuelto

Unknown dijo...

Bárbaro el chaparro...!!siempre he dicho, vale un bledo lo que los demás puedan decir de ti. Por eso estamos como estamos, porque nos callamos y jamas decimos lo que pensamos!! que bueno que a pesar de las circunstancias en tu salón te atreviste a decir tu punto de vista! te aplaudo, en serio...pocas veces tenemos ese valor! y ahora como dice el vecino de arriba... escríbete una revista hahaha...
Buena historieta! ahora la recuerdo pfff como quisiera ver a tu profesor haha

Mercaderes de lo virtual dijo...

caray! jajaja si recuerdo que me contaste esto... pobre de ti! sufirir mamadas en, minimo, dos clases! ah ah ah te compadezco ,jejeje
un abrazo...ahora trsnochare en tu blog

B West dijo...

he estado pensando mucho sobre ello, sobre la objetividad en el periodismo, seria bueno que escribieras tu opinión!

:D

Ornitorrinco dijo...

El periodismo tiene variantes que dependen del individuo (sus fuentes, bagaje cultural, historico, ético, entre otras) (lo único objetivo es un robot)que van de la objetividad hasta pasar por la subjetividad y finalmente rayar en la plena y absoluta estupidez

Mandalo a chingar a su madre al rey chiquito.