jueves, septiembre 2

Del porqué del nombre de este blog...


Muchos, bastantes ayeres hacen desde que abrí por primera vez un blog y no tantos desde que abrí este. Intentó ser una forma de ir entrenando los dedos a esta labor de escribir que me gusta tanto, aunque no tengo el talento que hubiese deseado, y terminó por ser un espacio de catarsis  donde rio, lloro, me quejo y me sigo quejando; un espacio donde tengo la libertad de mis propios dedos y que me sirve para hacer partícipes a los que leen de esas cosas que me pasan y tengo que contar.

Enfrentarse a una página en blanco no es fácil; requiere de cierto valor y sinceridad que no siempre llega cuando se tiene ese espacio transparente, listo para ser contaminado con la carga que le imprimen nuestras palabras pero es necesario ensuciar para sacar un poco de todo lo que nos recorre la cabeza.

Ante todo, siempre se comienza con un título. El de este blog se eligió gracias a una canción; una canción que ahora comparto con ustedes y que, a pesar de lo adecuada que queda para la ocasión, hice mía en un contexto totalmente distinto al que actualmente cerca mi vida pero habla de algo más que cierto y que continuamente tengo tiempo de corroborar: Siempre hay que empezar de nuevo.

La vida siempre son nuevos inicios, eso lo sabía cuando elegí esa canción, eso lo sé ahora. Lo que en ese momento ignoraba o quise ignorar por completo fue que esos nuevos inicios se generan gracias a que algo más termina. Nada ni nadie es para siempre, algo que me gustaría me entrara más fácil en la cabeza y no me causara tantos conflictos.

Siempre que algo termina, no puedo evitar esa sensación de tristeza y vacio que me causa el apego que le genero a todo lo que transita por mi vida; intento apretarlo entre las manos aunque el apretón sólo me sirva para que se me vaya más rápido. Curso y recurso esa tristeza y vacio, me instalo en mi  melancolía y pareciera que nada ni nadie me moverán de ahí.


Afortunadamente, aunque me cuente lo contrario, tengo un espíritu bastante optimista y eventualmente entiendo las cosas y asumo el lugar que tomaron luego de la sacudida, trato de capitalizar de la mejor manera lo aprendido y rescato de la mugre lo mucho o poco que me queda. La fe vuelve y trae consigo una mente más clara lista para creer de nuevo y seguir caminando.

¿Miedo? Pues sí, el necesario pero no me doblo, simplemente trato de afrontarlo y seguir adelante, esa única opción en el camino. Hoy se termina algo y tengo derecho de elegir con que me quedo; lo que me sirve lo atesoro, lo que me lastima se puede quedar tirado en el camino, eso no lo quiero. Al frente sólo hay camino, mucho camino por andar así que no hay espacio para lastres innecesarios, es mejor dejar espacio para todas esas cosas buenas que vienen y que habrá que buscar donde poner.

Respiro fuerte y aquí voy. Aquí voy una vez más, vuelvo a comenzar, a seguir buscando eso que aún no encuentro, eso que aún no sé que necesito pero eventualmente aparecerá y reconoceré como mío.


0 comentarios: